Nos roban mucho tiempo y calidad de vida. La gran parte de esos problemas se pueden resolver con sinceridad, enfoque y disciplina.
A continuación una serie de artículos que iremos desarrollando junto a otros temas, para que mientras escuchas nuestra programación encuentres notas de tu interés que puedan ayudar a resolver situaciones. Iniciamos con uno de los problemas más comunes:
Económico.
Podrías tener todo el dinero del mundo pero, en algún momento es probable que tengas problemas financieros.
La mayoría de veces por causas provocadas por ti y otras por el entorno. Así es “Don Dinero”, volátil, efímero, si no se trata adecuadamente.
Muy poca gente realmente posee dinero y a la mayoría le pasa por las manos sólo para confirmar que con ese instrumento puedes adquirir cosas materiales.
Por eso y como el futuro es impredecible (aunque es importante entender las tendencias), lo único que podemos hacer es prevenir y prepararnos para “los tiempos de vacas flacas”.
¿Ya estás en el umbral de la pobreza o… bueno, ya eres pobre o estás viviendo una crisis financiera? Aquí te presentamos posibles soluciones que podrían ayudar a superar la situación:
Primero, la actitud. Estar en deudas, asfixiado, sin salida e incluso hasta amenazado, no es el fin del mundo. Lee bien y repite: No-es-el-fin-del-mundo. “¡Já! Qué fácil es decirlo” pensarás, pero esa es la realidad, tal cual. La desesperación no va a resolver gran cosa. Tampoco huír de la realidad va a ayudar. Por eso, ante la urgencia lo mejor es calmarse, detenerse y hacer un “conteo de daños”.
Eso sí atento: Si la pobreza entró por la puerta, no permitas que el amor y el apoyo de la familia se vayan por la ventana. En esos momentos en los que nos enfocamos en solucionar un problema que afecta nuestra concentración y paz, es fácil discutir y culpar a las personas más cercanas. Para evitar mayores problemas, después de hacer esa primera mirada de la situación, la prioridad es la seguridad, salud y alimentación de la familia. El resto dejará de ser importante (por lo menos hasta que se resuelva la falta de liquidez) y por lo tanto prescindible: Auto, joyas, muebles, casa y hasta el negocio, si lo tienes.
Por cierto, para muchas personas esos son los momentos en los que toma significado el refrán aquel de “quien compra hoy lo innecesario, mañana venderá lo imprescindible”, por lo tanto, si aún estás estable en tus finanzas, ahorra, invierte con seguridad y ten siempre un plan B partiendo del supuesto de “qué ocurriría si…”.
Infórmate siempre sobre cómo va la economía en sentido general y por encima de todo, hay que repetirlo, ¡ahorra!
Pero sigamos con la situación de los bolsillos vacíos y la cruel realidad de que ningún banco te quiere prestar. Aunque no lo creas, la crisis económica te da la oportunidad de vivir lo más simple posible y darte cuenta de que se puede sobrevivir con lo básico. En casos extremos, tu sentido de adaptación empieza a funcionar, si dejas que se desarrolle.
Además, la época de pobreza, permite conocer a los que no te abandonan en las malas. Y, muy importante, te ayuda a confirmar que la necesidad es la madre del ingenio. Por esa razón lo mencionamos al principio: “Primero la actitud”. La escasez obliga a buscar soluciones o a abandonar. Los que abandonan, se autocompadecen, se amargan, se desesperan, se minimizan… pierden una de las actitudes más valiosas de la naturaleza humana: la resistencia.
Los que no abandonan, dejan sus falsos orgullos y están más dispuestos a “empezar desde cero”.
Continuará.