¡Importante! Fracaso no es sinónimo de fracasado. Podemos tener “éxito” en nuestras relaciones personales y familiares aunque no en los negocios.
Fracasar no es el fin ni es absoluto. No hay que generalizar. Tampoco el fracaso define nuestra capacidad o potencial para lograr las cosas, incluyendo las mismas por las que hoy se ha fallado.
Por supuesto, hay que aprender de la experiencia negativa, del fracaso, para poder identificar las causas que evitaron alcanzar un objetivo.
Entre las principales causas, podemos mencionar:
No tener una meta clara de lo que se quiere. Si tenemos pensado tener un negocio, no es sólo tenerlo sino saber qué queremos lograr y estar muy claros de cómo satisfaremos las necesidades del cliente.
Una segunda causa de fracasos es creer que lo podemos hacer todo. En el proceso a lograr nuestras metas es importantísimo aprender, pero también debemos permitir que otros nos guíen o ayuden sin caer en la dependencia, por supuesto. El popular «multitasking» o capacidad de hacer varias tareas, no significa que se realizan simultáneamente.
Otra razón por la que una persona no alcanza su meta es la poca disposición de sacrificarse, de no dar “la milla extra” y no asumir los esfuerzos.
¿Más razones? No estar preparados adecuadamente y no definir el momento para iniciar nuestro proyecto. Muchas veces empezamos un emprendimiento pero tenemos tantas cosas pendientes que, o no tenemos tiempo para darle seguimiento o estamos muy agotados para hacerlo de acuerdo a las exigencias.
Hay otras causas que llevan a que una persona no logre sus objetivos, pero finalicemos con las siguientes: Malas compañías, no creer en lo que se hace, postergar, falta de disciplina y rendirse fácilmente.