Un manipulador es inteligente, hábil, conoce mucho sobre la naturaleza humana y en específico sobre la persona que quiere manipular.
Si apenas conoce la persona, entonces estudiará su patrón básico de comportamiento para tener un punto de partida. De forma intuitiva tiene la paciencia para aprovechar el momento preciso a fin de empezar su estrategia con la gran ventaja de que generalmente el manipulado no sabe que lo están usando.
Manipular es cuando buscamos controlar mental o emocionalmente una persona o grupo para que actúe como queremos. Hay otros significados relacionados con la palabra “modificar”, ya sea la naturaleza, un diseño, una construcción, etcétera, pero la que nos interesa es el asociado a lo mental y emocional.
Aunque en ocasiones hay manipulación con fines relativamente aceptables, (como cuando se condiciona a un adolescente darle lo que más le gusta siempre y cuando limpie su habitación), generalmente las razones del manipulador son egoístas y dañinas por lo que es importante identificar las características principales de una persona manipuladora:
01 En primer lugar, es experto en hacer sentir bien. Conquistar. El halago siempre genera en la mayoría de las personas una especie de alegría interna por sentirse aprobadas. Con ese terreno allanado ya habrá tiempo después para desmeritar, no aprobar y tratar de bajar la autoestima bajo un falso argumento de que “trata de ayudar”.
02 La mentira es su aliado. La usa de tal forma que se pueda creer fácilmente ya sea por falta de comprobación, para ocultar una verdad o simplemente porque todo indica que es cierta y más si el manipulador se da cuenta de que se está convirtiendo en alguien de confianza.
03 Divide. Debilita lazos, aleja esas personas que él reconoce podrían alertar a su objetivo o advertirle de que ese alguien que está permitiendo entrar en su vida no necesariamente tiene buenos planes aunque todo indique lo contrario. Frases como “no te dejan ser feliz”, “mereces más”, “yo sé lo que sientes”, son frecuentes en su proceso de convencimiento.
04 Si no hay admiración hacia su persona… entonces provoca pena. Una de dos, pero nunca molestia o indiferencia. El manipulador busca hacer sentir que necesita ayuda, puede convertirse en víctima para buscar una falsa dependencia. Y cuando logra su objetivo, podría cambiar la dirección haciéndose el necesario.
05 Da, pero esperando a cambio. Por más cierto que sea aquello de que “todo el que da espera” (y no está mal en principio), los expertos en influír, están muy claros de qué lograrán con lo que aparentemente dan de forma espontánea. El trasfondo al dar es hacerse sentir en deuda y que esto sirva de argumento para futuros reclamos en caso de que sean necesarios.
06 Vigila. Dependiendo del grado de control, sutil o a claramente le exige a su víctima le informe los pasos que da.
Por supuesto, hay diferentes grados de manipulación y todos de una forma u otra hemos manipulado o sido víctima. Lo importante es identificar sin ira pues generalmente las personas que usan este tipo de artimañas tienen problemas psicológicos. Regularmente cuando un manipulador se da cuenta de que le conocen su juego, no insiste o espera un momento más apropiado.
Tipos de manipulación: Emocional, mediática, religiosa, laboral, gubernamental, política… en todas está el deseo de dominar, esconder una verdad, culpar o utilizar para beneficio propio. Todas son peligrosas.